viernes, 16 de octubre de 2015

INVIERNO


El cielo ha perdido un poco su tersura.
Los plátanos que ayer brillaban, hoy lucen un poco melancólicos,
sus brillantes hojas doradas, están opacas por el polvo.
Hace mucho que no llueve, los árboles de los caminos
parecen más secos todavía,
con su pátina uniforme y gris.
Las esquinas alegres de tu presencia
que me esperaba,
están desiertas y mustias  ahora.
Las hojas que alfombraban las veredas,
se convirtieron en basura seca.
Las acequias no ronronean con el agua que escasea.
Los brotes están esperando, quietos.
Todo parece detenido en el marrón grisáceo de la ausencia.
Algunos seguimos deambulando en el paisaje
Frío y seco. Frío y solitario.
Los ruidos se han apagado,
Esperando un click que alguien haga
Para que todo se ponga en movimiento.

Cristina Vispo
Julio/2012





INSOMNIO



No puedo dormir esta noche,
pues, aunque mis sábanas me contienen,
me aíslan, me encubren,
el mundo entero gira con diferentes horas.
En algún lugar de él, pasan diversos acontecimientos,
más o menos espantosos, crueles, tristes, penosos,
sangrantes, incomprensibles, contrastantes…
Y mi mente, desobedeciendo a la tranquilidad
de la noche de mi cama,
vagabundea por las noches lejanas
provocando aprensión, que genera
un leve terror por no tener constancia,
una inquietud persistente,
un cargo de conciencia devenido de antiguas religiosidades,
Y la tentación de poder rezar para tranquilizarme:
¿a quién? ¿a qué?, pienso, pienso, azorada, temerosa,
cobarde, transpirada.
Los pensamientos pasan en desordenado tropel.
Basta, piensas. Stop.
Concéntrate en tus propias realidades pequeñas, difíciles,
a las que estás acostumbrada.
Haz tu papel, ordenas. Y callas. Cierras los ojos.
Miras los colores de tu memoria abstracta.
Y, un poco más tranquila, sin que nadie te abrace,

Te duermes, al fin, a la madrugada.
Cristina

2012

DESPUÉS…


Después…Lavaré los platos.
Juntaré la ropa.
Arreglaré la canilla que pierde
Cambiaré la lamparita que se quemó.
Juntaré las hojas
Cambiaré de lugar los muebles
Ordenaré la biblioteca
Leeré el libro que empecé tres veces
Y otras tantas lo dejé
Después pondré las cosas en su lugar:
Las películas en su estuche
Los apuntes en su carpeta
Los lápices en el tarrito verde
Las especias en su pequeño contenedor
Las medias en su cajón
Los papeles que sirvan en el cajón de los
Documentos
Y los que no los tiraré de una vez.
Después pensaré cómo acomodar
Las cosas en el placard,
La ropa para planchar,
Los frascos vacíos,
Los sahumerios y las velas
Los repasadores y la virulana.
Después, escribiré el poema que pensé
En el colectivo,
Después terminaré el pullover
Que empecé el pasado invierno.
Haré la copia de seguridad de
Mis documentos,
Limpiaré el horno
Y los vidrios de la ventana de atrás,
Después reemplazaré el mueble negro
Y reubicaré las cosas que sirvan,
Haré por fin mi lugar
ahora que puedo 
hacerme cargo de mi vida,
Y pensaré en lo que resta,
Después….

cristina vispo
marzo 2015


jueves, 27 de agosto de 2015

IMPOSIBILIDADES ASTRALES


Urano me atrapó cuando nací,
Y me dotó de su lento girar pesado y melancólico.
No me he podido recuperar desde entonces.
Me doy cuenta tarde, de las cosas,
Reacciono cuando ya no hay oportunidad,
Paso inadvertida, hablo en el ruido,
Mis palabras se acoplan al micrófono celestial,
Y me cuesta tanto, tanto despertarme en la mañana,
cuando me duermo al amanecer…
Y me cuesta tanto emprender las tareas que me salvarían,
Y me quedo quieta, sabiendo que viene la inundación,
y me ahogaré.
Y escucho, sin embargo, todas las palabras, las frases,
Los pedidos de ayuda, los embargos y las notificaciones.
Estoy en la piel de todos, a todos compadezco,
Pero no atino a realizar el acto supremo de ayuda material,
De corte, de dádiva, de poner las cosas en su lugar.
-¿Cuál es el lugar de cada cosa?
-¿Quién lo sabe con absoluta certeza?
Vivo sabiendo que siempre hay una pregunta sin contestar,
Que me impide avanzar, tomar la decisión correcta, liviana,
Que me libere…
De esta nostalgia pesada
Que me impide disfrutar junto a otros
Que lo hacen naturalmente.
Como si supieran….
Cristina Vispo
2010













                                                                                                                                    Urano

lunes, 9 de febrero de 2015

PALABRAS


Tengo la cabeza bullendo de palabras. Miles de palabras se agitan y pugnan por tomar forma  de alguna manera.  Algunas palabras son para decirse: son suaves y redondeadas y producen tranquilidad. Otras palabras sirven como arma: son punzantes e hirientes, lastiman y producen heridas que suelen no curarse, porque para eso necesitan del olvido, y el olvido a veces no quiere venir a salvar a nadie,  o está de vacaciones, o simplemente no se le da la gana de venir, o vaya a saber.  

Hay algunas palabras que se forman hermosamente desde la nada: van eligiendo las letras cuidadosamente y son todo un a creación bella y terminada como no podría ser de otra manera. Esas palabras se forman de a poco, van iluminándose y crecen, son bellas y se pronuncian con pasión,  marcando fuertemente las consonantes, o también susurrándose suavemente con ternura infinita. Laberinto, círculo, universo, arboleda, música, violeta, azul, infinito, son algunas de estas palabras, que se deben saborear con fruición cuando se dicen: nada de decirlas a la ligera. Por supuesto que hay miles de estas palabras, que, si se busca de donde salieron se descubren palabras emparentadas, que generalmente gozan de las mismas condiciones  privilegiadas, y al encadenarse en una raíz, o una terminación,  agudizan sus características misteriosas.

Hay otras palabras que son maravillosas para escribirlas: el lápiz baila graciosamente sobre el papel dibujando los contornos continuos de esas palabras que nacieron para ser escritas. Porque hay otras que cuesta muchísimo escribir a mano: hay que cortarlas y seguirlas, y entonces ya no son tan hermosas.  Claro que también son bellas escritas a máquina o en computadora, pero no hay mejor manera de comprobar su flexibilidad  como escribirlas con un lápiz o lapicera.

Y también hay palabras desaparecidas. Palabras que usamos, y de repente: ¡Zas! No las usamos más, y las olvidamos. Aunque a veces, obstinadas, aparecen de improviso y nos preguntamos cuando fue el momento exacto  en que dejamos de usarlas.
Todo esto sin hablar de las palabras olvidadas, o que quieren ser olvidadas. A veces las tenemos en la punta de la lengua, parece que la vamos a decir, y sin razón aparece un destello y desaparecen. Y quizá pasan horas o días antes de volverlas a encontrar en el revoltijo de palabras que tenemos en nuestra cabeza. Y otras que quieren ser olvidadas porque desencadenan un remolino de emociones, pero son imposible de olvidar voluntariamente: cuando más queremos olvidarlas, más se empecinan con aparecer en la pantalla de nuestra memoria como un luminoso cartel fluorescente. A veces nos martilla la vigilia, de manera que no nos deja descansar, ni dormir ni relajarnos: tienen mucho poder algunas palabras.

Hay palabras que tienen otro tipo de poder: son las palabras que abren puertas, las palabras que consuelan, que producen encuentros, que encadenan, que  protegen, que contienen: son palabras mágicas. A veces pasamos mucho tiempo esperando estas palabras, pero como no hacemos nada, n o aparecen, y nos volvemos tristes esperando. Y a veces también, las esperamos de alguien en especial, que no tiene la menor idea de nuestras esperanzas, y nos podemos volver muy viejos esperando, y las palabras deseadas no aparecen, y no aparecen. Y por ello, nuestra espera se hace involuntariamente, infinita.

Y otras veces, hay movimiento s tectónicos de palabras: De repente se produce una explosión de muchas palabras a la vez que necesitan escapar, como si erupcionaran:  en esos casos es imprescindible generar una vía de escape para todas las palabras que quieren salir juntas, y entonces hay que ponerse rápido a escribir, sin pensar demasiado, porque las palabras necesitan salir urgente, y no es necesario pensar mucho, solo brindar la vía de escape que las suelte de su prisión para que se desparramen sobre el mundo en  vehículos de papel, cualquier otro soporte o en  otros casos, en el mundo virtual.  Lo importante es que salgan, se expresen de alguna forma. Cualquiera. Antes de que ocurra una terrible catástrofe.

Todo lo que está, todo lo que sentimos, todo lo que nombramos, todo , todo existe en el mundo paralelo o único de las palabras. Letras o signos arbitrarios que estructuran nuestro mundo, que nombran, que definen, que llaman, que cantan, que lloran, que alegran, que unen y separan, que determinan situaciones que siempre pueden ser de otra manera, que van determinando una red de relaciones….. de palabras.

Todo nuestro mundo es un mundo de palabras. Y sería tan bueno para el mundo que las palabras tomaran todo el poder, y se metieran en todos los resquicios, y poco a poco fueran reemplazando las armas, las agresiones, las violentas intenciones…. Y el odio pudiera, también, mutarse, y  expresarse sólo con palabras.
Cristina Vispo
9 de diciembre de  2011.


HÉROES


Era fácil en nuestra infancia, aquella infancia de mediados del siglo XX,  elegir y admirar a nuestros héroes. Héroes todavía ligados a ideas un poco románticas, que generaba, de vez en cuando, algún mortal que, del lado del Bien, combatía al Mal. Así de simple. Es fácil creer  en héroes tan definidos, tan comprometidos con una causa visible para cualquiera. Inclusive, la concepción de lo malo y lo bueno, nos hacía obviar aspectos negativos, y pasar, frecuentemente, por encima de las normas y tabúes que imponía el “sistema”. Robin Hood, , El Príncipe Valiente. Y los súper héroes nacidos de las historietas o del cine animado: Súperman, Tarzán, Flash Gordon, el Zorro…. Y algunos otros,  bien reales, pero que constituyen nuevos mitos; que se encarnan en paradigmas de liberación, como fue Rousseau, Martí, San Martín, Vairoletto, Miranda, Zapata, El Che, Lenin….. y todos los que, las ideas de unos y de  otros, entronizan. Todos ellos venían a restablecer la justicia y defender a los más débiles.

Hoy, un poco más de  cincuenta años después, con muchísimos cambios tecnológicos, tantos y de tal calibre que marean, es difícil vislumbrar algún héroe por acá. Es que el mal y el bien no aparecen simplemente como contrapuestos. En una parafernalia de brillos de consumo, los medios, las palabras, las voces y la publicidad han mezclado tanto las cosas, que no sabemos a ciencia cierta qué es bueno y qué es malo, ni de qué lado están unos y otros.  Las informaciones, manipuladas como nunca antes, la proliferación de formas de comunicarse aunque uno no quiera, traen mensajes mentirosos, disfrazados, y la verdad tiene que ser arrancada de en medio de esta telaraña informativa, en la que estamos, algunos más, y otros menos, atrapados.

En una época se decía que los rumores podían modificar la realidad a la vez que iban mutando para llegar a un destino deformado y amplificado. Hoy las noticias, a menudo, son rumores. Y nos hemos acostumbrado a que la verdad…. , no está disponible, o, que,  relativamente, cada uno puede acceder a la propia verdad. Ironía o hipocresía:   La verdad ha sido sustituida por la opinión: y las opiniones no se sabe muy bien que tan buenas o malas son: mientras tanto confunden, y no se llega a ninguna parte, Y no hay nadie, que se convierta en héroe defendiendo una “Opinión”. Las opiniones son volátiles:  y mientras tanto, la verdad huye despavorida y cambia. También la verdad se camufla.

Nuestros personajes, los héroes, quedan sometidos a realidades pequeñas, la de todos los días: aquéllos que sobreviven sin dar el brazo a torcer, defendiendo lo que creen y sus propios códigos, con un costo variable, depende del círculo en que se muevan. Son los locos, los chiflados, los anticuados, los románticos a ultranza, los diferentes, y algunos vanguardistas agazapados en sus obras,  que no todo el mundo entiende.

Los otros posibles héroes más mediáticos, aparecen manchados  un poco o mucho 
por el chantaje del sistema: en la cultura, en la política, en los negocios, en los medios, hasta  en el   amor. La individualidad, no hace héroes: sólo nos hace más y más solitarios, rodeados de confort algunos;  otros con deseos; con cientos de amigos virtuales unos, relaciones superficiales y principios rotos o manchados, o resentimientos varios. Y rollos. Rollos individuales y sociales,  casi nunca desenrrollados ni atacados de frente.

De pronto me di cuenta que me gustaría tener un héroe contemporáneo para admirar, pero miro para todos lados y siempre encuentro algo que brilla un poco, pero de golpe, desaparece, y cuando aparece está un poco sucio, y no de mugre honesta, no es barro de las batallas ganadas a espadas y flechas. Acá, sentada frente a un lago un poco contaminado, pero al fin azul;  mirando la lejanía tan hermosa y lejana del paisaje montañoso, no se vislumbra ningún, ningún héroe…..

Cristina Vispo
11-2014