Urano me atrapó
cuando nací,
Y me dotó de su
lento girar pesado y melancólico.
No me he podido
recuperar desde entonces.
Me doy cuenta
tarde, de las cosas,
Reacciono cuando
ya no hay oportunidad,
Paso inadvertida,
hablo en el ruido,
Mis palabras se
acoplan al micrófono celestial,
Y me cuesta tanto,
tanto despertarme en la mañana,
cuando me duermo
al amanecer…
Y me cuesta tanto
emprender las tareas que me salvarían,
Y me quedo quieta,
sabiendo que viene la inundación,
y me ahogaré.
Y escucho, sin
embargo, todas las palabras, las frases,
Los pedidos de
ayuda, los embargos y las notificaciones.
Estoy en la piel
de todos, a todos compadezco,
Pero no atino a
realizar el acto supremo de ayuda material,
De corte, de
dádiva, de poner las cosas en su lugar.
-¿Cuál es el lugar
de cada cosa?
-¿Quién lo sabe
con absoluta certeza?
Vivo sabiendo que
siempre hay una pregunta sin contestar,
Que me impide
avanzar, tomar la decisión correcta, liviana,
Que me libere…
De esta nostalgia
pesada
Que me impide
disfrutar junto a otros
Que lo hacen
naturalmente.
Como si supieran….
Cristina Vispo
2010
Urano
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