No puedo dormir esta noche,
pues, aunque mis sábanas me contienen,
me aíslan, me encubren,
el mundo entero gira con diferentes horas.
En algún lugar de él, pasan diversos
acontecimientos,
más o menos espantosos, crueles, tristes,
penosos,
sangrantes, incomprensibles, contrastantes…
Y mi mente, desobedeciendo a la tranquilidad
de la noche de mi cama,
vagabundea por las noches lejanas
provocando aprensión, que genera
un leve terror por no tener constancia,
una inquietud persistente,
un cargo de conciencia devenido de antiguas
religiosidades,
Y la tentación de poder rezar para
tranquilizarme:
¿a quién? ¿a qué?, pienso, pienso, azorada,
temerosa,
cobarde, transpirada.
Los pensamientos pasan en desordenado tropel.
Basta, piensas. Stop.
Concéntrate en tus propias realidades pequeñas,
difíciles,
a las que estás acostumbrada.
Haz tu papel, ordenas. Y callas. Cierras los
ojos.
Miras los colores de tu memoria abstracta.
Miras los colores de tu memoria abstracta.
Y, un poco más tranquila, sin que nadie te
abrace,
Te duermes, al fin, a la madrugada.
Cristina
2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario