A veces te suceden cosas tan fuertes,
Que sientes que el universo no te sostiene.
Te deja caer.
Solo, en la oscuridad sin fondo, en la
negrura insoluble
Te desvaneces,
el poder que te da forma te abandona,
Apenas puedes juntar tus moléculas
Para volver a pararte,
Para poder gritar…
Como en un sueño, te congelas.
Todo lo que habías ordenado,
se desploma de cualquier manera.
Las ideas que te animaban como seguras…
Se vuelven volátiles,
Ya no parecen tan firmes.
Cuando puedes reaccionar un poco,
Entre mareada y descompuesta,
vuelves al lugar de partida pero más
confundida.
Más asustada.
En un momento ciego no hay a quien pedir
ayuda.
La soledad total es densa
en la oscuridad vacía dónde estás.
Cuando aparece un pequeño signo iluminado,
un punto brillante,
te esfuerzas por aferrarte a él como recién
nacida.
Las redes, se vuelven a conformar
lentamente…
Dulce, quedamente,
El universo te tiende otra vez su mano.
Y de pronto, sientes
Que estás un poco a salvo,
Con mucho menos de lo que tenías antes.
Con mucho menos de lo que sabías antes.
Vuelves a tu forma ahora desconocida.
Desde el dolor sin medida miras el nuevo
mundo
que se despliega ante ti:
Ya nada es igual.
Todo ha cambiado.
La vida se torció y no tienes claro qué te
espera.
La vida se torció y tu mirada
atónita, asombrada,
Vislumbra de nuevo el inicio de un camino:
Más corto te parece ahora.
La vida se torció
Y nada, nada, es ya como antes…
4-2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario