domingo, 15 de septiembre de 2013

BURELA


Eres contradictoria
Cambiante, indolente.
Eres a veces una muralla que,
Contienes al Cantábrico,
Con tu vulnerable contorno lineal y
Transitorio.
A veces te recreas en el mar,
Hamacando suave las viejas barcas,
Las viejas redes,
Los eternos olores estancados en
Los muelles.
Y de vez en cuando aceptas, orgullosa,
El infinito movimiento azul y verde,
Cuando te elevas en los pinos
Los enmarcas con tu estructura
De piedra gris, de piedra negra,
En la extraña mixtura de las
Generaciones encontradas.
Hacia abajo, te amontonas en el gris
Monótono y Standard.
Formando cuadros a uno y otro lado
De la carretera.
Hacia arriba, ganas en movimiento,
En la nostalgia de la danza de los viejos techos
A dos aguas,
De pizarra negra, de negra pizarra.
Aquí y allá trepando por los eucaliptos,
Los helechos y las enredaderas.
El pasado, desde arriba,
Poblado de animales,
De vacas gordas malhumoradas
De verdes huertos verdes
Y fuentes inesperadas,
Se transforma hacia el futuro
Descendiendo hacia las líneas
Perpendiculares de las nuevas calles,
Confluyendo al punto,
Donde hace tantos años,
Tantos hombres tuvieron que partir,
Desde el pasado,
Y ya no volvieron a verte,
Burela.

1994

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