sábado, 30 de octubre de 2010

PARÉNTESIS



Nada hay que pueda hacer ahora
La tarde ha quedado decidida
En ese instante final
El hueco se va haciendo más y más pesado
Con el tiempo
Que arrastra los pedazos
En desorganizada formación
De las imágenes vividas y ya pasadas
Que giran y vuelven a pasar
Desde diferentes ángulos.
Las mismas situaciones
En un calidoscopio desesperado
Entre el filo dramático de la vida que fue
Y la muerte
Que siempre espera.

(1989)

jueves, 21 de octubre de 2010

INCOHERENCIAS



Después de todo no tengo nada.
Pues qué es el amor un suspiro
Un fuerte deseo un leve murmullo
Una vaga conciencia de otro
Cuando no está
Un irrefrenable deseo de quedarme
Una compañía ansiada
Nada de lo concreto ha cambiado nada
El día transcurre indiferente
Los trabajos se hacen o quedan inconclusos
Los méritos se reconocen a veces
Los ascensos responden al escalafón
Los cheques  cambian de mano
Se compran diversas cosas en el mercado
Autos, cds, microondas, freezers,
TV de plasma, viajes a Jamaica
La vida en la sociedad la cultura la gente
Las tarjetas de crédito  marcan la diferencia
La moto para el nene, la pc personal
Los capitales simbólicos, los  títulos respetables
El tratamiento deferente
El espíritu de cuerpo la ética profesional
El honor del deber cumplido
El perfeccionamiento contínuo
La responsabilidad de tomar decisiones
La vida que se ve se muestra  que aparece
No los universos imaginarios inexistentes inocentes
De los labios unidos las manos unidas los cuerpos unidos
La comunión de las voces los deseos los sentidos
Pues qué es el amor un suspiro.

DESCANSO



Me cansé de sentir.
Hoy quisiera diluirme en el aire,
Mezclarme con el agua,
Desaparecer con el viento,
Y no tener que sentir todo.

Todos los sonidos.
Los ruidos agudos
La música lenta
Los latidos repetidos
Los susurros y las estridencias
El chirriar de las puertas
Los chillidos entremezclados
Las bocinas
Los motores diversos
Las sirenas
Y las ondas variables de las voces.

 Todo el olor del mundo
Las almendras dulces de la leche de madres
Las picantes hojas del aguaribay
La tierra mojada
El vapor de la ropa planchada
El pan recién horneado
El dulce lila de los paraísos
El solemne humo del incienso
El lejano alcohol de los hospitales
El dulce casero
La imperceptible humedad del aliento.

Todos los contactos
La blandura de la almohada
El frío contacto de las sábanas
La lisa sensación del papel nuevo
La tibieza de la bufanda de lana
Las agujas del agua fría
La helada y dura superficie del vidrio
La perfumada madera
El áspero roce de una mejilla
Y el fuego seco del contacto de otra boca.

Todos los gustos de las cosas
El amargo café recién hecho
El perfume de chocolate del cigarrillo negro
La ácida frescura de la naranja
El destemplado frío de la manzana con cáscara
El verde helado de menta granizada
El insólito salado de una lágrima
La dolorosa actitud de una ausencia.
 
Todas las visiones, todas,
Todos los cambios de colores
El apenas perceptible movimiento
La diferencia sutil de las sombras
El inadvertido mundo de los gestos
El fascinante lenguaje de las manos
El tintineo brillante de la noche
El resplandor de las pupilas
La rítmica disposición de las letras
Las palabras y los signos
Todos los cielos de todos los días
De todas las horas
El contraste del sol en los edificios
Los reflejos en los cristales
Y las nubes.
Y el humo
Y el vapor
Y la niebla
Y el camino que recorre el lápiz,
Queriendo atrapar las ideas que vuelan

Todo lo sensible me aprisiona de algún  modo
Me atosiga
Y el pensamiento no descansa
Pidiendo sus explicaciones.
La imaginación, como un río infinito
No descansa.
Me hace daño la razón
Y los recuerdos
Y lo que sé
Y lo que no sé
Y lo que ignoro, pero luego conoceré.
Y lo que ignoro por siempre
Lo que imagino de esta manera
O de esta otra
Y las dudas.
Me tortura sentir de tal modo
La conciencia constante de las cosas
Los sentimientos
La emoción invariable de saber que
Estoy aquí.
Y sentir.
Y ser.
Y oir.
Y a veces fingir
Que no siento tanto
Que no pienso tanto
Que no necesito tanto…

Si pudiera esta tarde
Vaporizarme en el aire
Y dejar de sentir,
Aunque sea, hasta mañana.



HACIA EL SOL


Voy a morirme un día de éstos
Lo voy a saber
Con tres horas de anticipación
Así es que no podré dejar
Todo en orden.
Quedarán mis papeles
Por todos lados
Algunos escondidos en algún lugar
Del que ya no me acuerdo.
Quedarán mis libros
Remarcados
Mis lapiceras de color violeta
Mis apuntes
Las notas de mi agenda
El vapor sutil de mi presencia
En la ropa colgada
Las remeras ordenadas
En el estante del placard
Quedarán mis hijos
Mis cinco hijos asombrados
Que llevarán un no se qué
Mío en sus ojos.
En algún armario
Algunas palabras sueltas
Que leerá, quizás, alguien extraño.
No me iré de golpe
Daré algunas vueltas por ahí
Espiando como quedaron
Las caras que quise
Los rincones que quizá extrañaré
En mi renovado camino
Hacia el sol.
Me iré, al fin, libre.
Me sacaré la armadura
Con un hermoso suspiro de alivio.
Y dejaré, espero,
Un halo de transparentes
Primorosas,
Personales
Ondas de mi amor.

miércoles, 6 de octubre de 2010

JUEGOS DE PALABRAS


Palabras comunes que se entrelazan
y forman constelaciones más o menos
estables.
Son sólo juegos de palabras que me esperan tras las puertas
entrecerradas de mi propio mundo.
Son sólo juegos de palabras, palabras escritas,
son sólo ausencias de la realidad,
son sólo escapes a extrañas organizaciones de hechos reales o inventados,
que me permiten defenderme del exceso de realidad de las cosas.
De las cosas que pasan,
de los hilos que se entrecruzan,
tantas veces desafortunadas, tantas veces tristes y penosas,
y tantas otras inadvertidas, felices y volátiles.
Pues las cosas bellas terminan pronto,
Se acaban, finalizan, desaparecen.
Y sólo queda una leve estela de bruma…Y una sensación de mareo.
Pero otros hechos son densos, pesan en los hombros,
Pesan en el alma y duelen en el estómago.
Y su residuo no se elimina fácilmente.
Se pegotean en la mirada,
Se enredan en las voces y los gritos
Se enquistan en algún rincón desconocido.
Y hasta dos mil años después no se degradan.
Pasan a las paredes
A las piedras, al árbol, al agua,
Y fluyen lentamente al mar
De los olvidos.
Por eso las palabras juegan un sutil consuelo en las honduras
Donde el peso se hace imposible de llevar.
Son sólo virtuales redes de palabras entrelazadas,
las que prestan ambiguos significados a las tristezas.
Y llevan las nostalgias
A volar por ahí, un poco más livianas.
Son sólo juegos,
Juegos de palabras.

AMANECER


Desde la ventana del hospital,

Detrás de los árboles

Que se ven como fondo,

El cielo va cambiando de color:

Sutiles amarillos,

Brillantes anaranjados,

Iluminan las copas de los árboles lejanos…

Y de repente,

Todo aparece con nitidez:

Los techos, las chimeneas,

Las hojas de diferentes verdes

Y los pájaros,

Un poco oscuros a contraluz,

Volando entre los nidos,

Sobre un cielo, ahora

Azul.